Josep Tornero en Estampa 2017
Luis Francisco Pérez
Josep Tornero, Notte, 2017.
No estoy seguro si fue esta la pequeña pintura (es decir enorme) de Josep Tornero que el jueves vi en la galería T-20 de Murcia durante la feria Estampa, en cualquier caso tendría la misma intensidad y nobleza. Sí recuerdo intercambiar unas palabras sobre ella con Nacho Ruiz, director de la misma. Contemplándola pensé que en la pintura todo sucede a la velocidad de la luz. Por eso esta manifestación artística jamás será alcanzada por ninguna otra disciplina creativa. Son lentísimas todas las demás, pues cuando finalmente se han comprendido a sí mismas la pintura ya se encuentra en otro sistema solar. Y sabemos que este deseo, la auto-comprensión, nunca se hará realidad, dado que vivirán por siempre en la condena de su perpetua insatisfacción innovadora, formal y material, incluso en aquellas obras que han coronado la excelencia. La pintura entonces -y condenada cual Sísifo a un eterno clasicismo que es, paradójicamente, aquello que le facilita su envidiada velocidad- en ese momento estará lejos, muy lejos, allí donde ni siquiera existe o se comprende el infinito, pues ella misma lo ha devorado.